Los dos hecho del fin de semana

Dos hechos ocurrieron en el país que deben ponernos a pensar a todos los mexicanos a la hora de emitir nuestro voto el 2 de junio de 2024. No tienen relación el uno con el otro pero los empata el hecho de que ocurren en un gobierno federal indolente, autoritario y represor.

Uno ocurrió al sur del Estado de México en el municipio de Texcaltitlán pegado al estado de Michoacán donde operan los criminales llamados “familia michoacana” y en donde este grupo de sicarios les cobraba un peso por cada metro cuadrado de tierra cultivada a los comuneros, es decir por una hectárea cobraban diez mil pesos mensuales a los agricultores.

La opresión de los sicarios hizo que Texcaltitlán se convirtiera en una olla de presión y estalló. Una cuadrilla de sicarios llegó hasta el municipio para cobrar el ilícito derecho de piso, y los pobladores se negaron porque no les alcanza para pagar al crimen organizado y el mismo tiempo mantener a sus familias, así que se defendieron.

Tres comuneros murieron abatidos por los sicarios, pero la turbamulta actuó rápido y sometieron a la célula criminal y los mataron a machetazos y balazos. Ellos solo se defendieron para salvar a sus familias de la miseria que supone el pago de piso a criminales que les quitan sus cosechas y sus ganancias, pareciera que con la permisibilidad del gobierno de la cuatroté.

Hay que recordar que los tres niveles de gobierno, el federal, el estatal y el municipal son emanados de Morena en Edomex, además del estatal de Michoacán y ninguno de los cuatro le han puesto un alto a los criminales de la familia michoacana que actúan sin piedad en la zona. El día de la masacre, no había una sola autoridad en Texcaltitlán para impedirlo o para someter a los criminales.

Lo que ocurrió en el Estado de México, sucedió y seguirá sucediendo en todo el territorio nacional, porque el peje renunció, desde el primer día de su gobierno, a usar la fuerza pública y la ley para defender a los ciudadanos mexicanos. Los “abrazos no balazos”, es la renuncia expresa al Estado de Derecho y por tanto el país se ha descompuesto.

¿El mensaje?, que a los ciudadanos sometidos por el crimen organizado, por los narcotraficantes, huachicoleros, secuestradores y demás “joyitas” a las que protege la estrategia “abrazos no balazos”, no nos queda de otra mas, que armamos y defendernos solos, porque es un hecho que no contamos con la Guardia Nacional, con el Ejército Mexicano, con las Policías Estatales o las Municipales.

La buena, es que nosotros somos millones. Ellos son miles y están armados, puede que protegidos por los gobiernos, pero nosotros somos inteligentes y valientes, como los ciudadanos de Texcaltitlán que nos pusieron la muestra nacional de lo que se debe hacer con los sicarios; si el gobierno los “perdona cuando se portan bien”, los ciudadanos deberíamos solo denunciarlos, pero si nos nos queda otra, tenemos el derecho de defendernos.

Ya nos dio “permiso” el peje con su declaración “LLAMA AMLO A COMBATIR EL NARCO Y LAS EXTORSIONES ENTRE TODOS”, lo que significa que ya aceptó que no pueda defendernos de los malos y que debemos juntarnos para hacerlo nosotros, que no se queje después.

El otro caso fue el precedente que sentó la detención de Alfredo Jalife, un cuatroteísta recalcitrante, antisemita y bocón, pero periodista al fin y con el derecho de expresar lo que quiera porque estamos -hasta ahora- en un país donde se supone que se respeta la libre expresión.

Fue denunciado por la vocera de la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum, Tatiana Clouthier en Nuevo León, donde la calumnia, es un delito que merece prisión. Jalife, el misógino amigo del peje, estuvo un rato en la cárcel y luego fue liberado a petición del “presidente”, así en minúsculas y entre comillas, que en su mañanera habría dicho que “hay que respetar la libertad de expresión”, pero al mismo tiempo difamaba a Carlos Loret de Mola por el reportaje de su hijo Andrés en donde el periodista de Latinus informó que cuenta con 40 horas de grabaciones en donde relacionan el hijo del “presidente” en, al menos, tráfico de influencias.

Con el precedente de Alfredo Jalife, se abre la puerta para que más periodistas que le sean incómodos al gobierno, puedan pisar la cárcel por difamación… malas noticias para quienes nos dedicamos a esta profesión, sobre todo aquí en el sureño estado de Oaxaca donde el “gobernador”, así en minúsculas y entre comillas Salomón Jara ha contratado a Fahad Hizam Alharabi, como jefe de la unidad de inteligencia al servicio de René Gonzalo Palacios, el argentino de comunicación social para espiar a periodistas, maestros y líderes sociales. ¡Aguas!

El Zumbido del Moscardón
Francisco Alejandro Leyva Aguilar

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